Las aplicaciones ocultas, un segmento de TI en la sombra, representan un riesgo creciente para la seguridad de las empresas en la era digital. Estos programas, adquiridos sin el conocimiento del equipo de seguridad, exponen a las organizaciones a vulnerabilidades potencialmente devastadoras.
¿Qué son las aplicaciones ocultas?
Las aplicaciones ocultas son programas SaaS (Software as a Service) que los empleados o equipos adquieren y utilizan sin la aprobación o conocimiento del departamento de TI o seguridad de la empresa. Aunque estas aplicaciones pueden ser legítimas y útiles para ciertas tareas, operan fuera del radar de la seguridad corporativa, creando puntos ciegos que los atacantes pueden explotar.
Ejemplo de aplicación oculta
Un caso común es cuando un equipo de desarrollo implementa su propia instancia de GitHub, argumentando que es una aplicación ya aprobada en la empresa. Sin embargo, al operar fuera de la supervisión del equipo de seguridad, esta nueva instancia carece de las protecciones esenciales como autenticación multifactor (MFA), inicio de sesión único (SSO) o controles de acceso robustos.
Tipos de aplicaciones ocultas
Aplicaciones ocultas independientes
Estas aplicaciones funcionan de manera aislada, sin integrarse con otros sistemas de la empresa. Suelen cumplir funciones específicas como gestión de tareas, almacenamiento de archivos o comunicación. Su uso puede llevar a la fragmentación de datos corporativos en plataformas no aprobadas, aumentando el riesgo de pérdida de información confidencial.
Aplicaciones ocultas integradas
Consideradas más peligrosas, estas aplicaciones se conectan o interactúan con los sistemas aprobados de la organización a través de APIs u otros puntos de integración. Pueden sincronizar datos automáticamente o compartir accesos entre plataformas, lo que las convierte en potenciales puertas de entrada para que los atacantes comprometan todo el ecosistema SaaS de la empresa.
Impacto en la seguridad del SaaS
Vulnerabilidades de seguridad de datos
Las aplicaciones ocultas a menudo no cumplen con los protocolos de seguridad establecidos por la organización. Esto puede resultar en el almacenamiento, compartición o procesamiento de datos confidenciales sin las medidas de protección adecuadas, aumentando el riesgo de fugas de datos, infracciones o accesos no autorizados.
Riesgos regulatorios y de cumplimiento
El uso de aplicaciones no autorizadas puede llevar a violaciones involuntarias de marcos regulatorios como GDPR o HIPAA. Esto expone a la organización a posibles multas, acciones legales y daños reputacionales.
Aumento de la superficie de ataque
Cada aplicación oculta representa un nuevo punto de entrada potencial para ciberdelincuentes, ampliando la superficie de ataque de la organización. La falta de controles de acceso robustos en estas aplicaciones las convierte en objetivos atractivos para los atacantes.
Falta de visibilidad y control
El uso de aplicaciones ocultas dificulta la labor de los departamentos de TI para proteger eficazmente los datos de la empresa. Sin visibilidad sobre estas aplicaciones, los equipos de seguridad no pueden detectar amenazas potenciales, transferencias de datos no autorizadas o riesgos derivados de aplicaciones obsoletas o inseguras.
Conclusión
Las aplicaciones ocultas representan un desafío significativo para la seguridad de las empresas en la era del SaaS. Es crucial que las organizaciones implementen estrategias para detectar y gestionar estas aplicaciones, fomentando al mismo tiempo una cultura de seguridad que disuada su uso no autorizado. Solo así podrán las empresas mantener un equilibrio entre la innovación y la protección de sus activos digitales más valiosos.