El Día Internacional de la Juventud, celebrado el 12 de agosto, nos ofrece la oportunidad de reconocer la contribución de los jóvenes a la sociedad, especialmente en el ámbito digital. Según la ONU, los jóvenes están a la vanguardia en la adopción y la innovación tecnológica. Sin embargo, a pesar de su conocida habilidad con la tecnología, los llamados «nativos digitales» están expuestos a más riesgos en línea de lo que podrían imaginar.
Investigaciones recientes muestran que este grupo no solo está más conectado que las generaciones anteriores, sino que también muestra una falta de precaución ante las amenazas cibernéticas. Un estudio elaborado por la Alianza Nacional de Ciberseguridad revela que los jóvenes están más propensos a caer en estafas de phishing y engaños en aplicaciones de citas, y es más probable que pierdan dinero o datos a causa de estos fraudes.
La razón de esta vulnerabilidad radica en varios factores. La Generación Z, por ejemplo, reporta una desconexión entre su percepción de la seguridad en línea y las realidades del entorno digital. Un 46% admitió haber compartido información sensible sin el conocimiento de su empleador, y solo el 58% utiliza contraseñas únicas para sus cuentas. Estos números contrastan notablemente con los de generaciones anteriores, donde un 71% de los Baby Boomers se asegura de usar contraseñas distintas y robustas.
Además, un informe indica que el 60% de los «mula de dinero» – personas que trasladan dinero robado – son menores de 30 años. Esto sugiere que la juventud no solo es más susceptible a las estafas, sino que también puede estar involucrada en actividades ilegales sin ser completamente conscientes de las implicaciones.
Entre los peligros más preocupantes están la sextorsión, el acceso no autorizado a cuentas en redes sociales y juegos, así como varios tipos de estafas en línea que capitalizan la inexperiencia y la impaciencia de los jóvenes. Las descargas maliciosas de aplicaciones o juegos también representan un riesgo, especialmente para quienes buscan contenido gratuito y recurren a fuentes no oficiales.
Para mitigar estos riesgos, se propone una serie de buenas prácticas. Se recomienda a los jóvenes que solo descarguen aplicaciones de fuentes oficiales, mantengan su software actualizado, y utilicen herramientas de seguridad de proveedores confiables. Igualmente, se debe tener cuidado con los enlaces en mensajes no solicitados y estar alerta ante estafas en redes sociales, que pueden ser difíciles de detectar, incluso si parecen proceder de amigos.
Aunque los nativos digitales pueden sentirse cómodos en el mundo virtual, es vital educarles sobre la seguridad en línea con un enfoque comprensivo y empático. La clave no está en la reprimenda, sino en compartir conocimiento de manera constructiva. La responsabilidad recae en todos: jóvenes, padres y educadores, para crear un entorno en el que la tecnología sea una herramienta segura y positiva.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.