La proliferación de las amenazas digitales ha tomado un nuevo giro con el uso de páginas de verificación humana engañosas, que se han convertido en un vector cada vez más popular para la propagación de malware. Las imágenes de CAPTCHA, que los usuarios consideran una medida de seguridad para evitar bots en la web, pueden estar siendo utilizadas para propagar diferentes tipos de software malicioso.
Los bots representan más de la mitad del tráfico en internet. Mientras que algunos son legítimos, como los rastreadores de Google, un porcentaje significativo realiza actividades maliciosas, que van desde publicaciones incendiarias en redes sociales hasta ataques de denegación de servicio distribuidos. Esta situación ha llevado a los sitios web a implementar el sistema CAPTCHA para garantizar que sólo los humanos puedan acceder a su contenido.
Sin embargo, la amenaza radica en que algunas de estas páginas de verificación son en realidad trampas que pueden comprometer la seguridad del usuario. Un ejemplo notable es el método ClickFix, que es particularmente efectivo en el entorno digital actual. Este engaño utiliza imágenes de CAPTCHA falsas para propagar malware, incluyendo infostealers, ransomware y troyanos de acceso remoto.
El éxito de estas amenazas se basa en varios factores, entre ellos la familiaridad del usuario con el proceso de verificación de CAPTCHA. La urgencia de acceder al contenido deseado también juega un papel en esta manipulación, llevando a los usuarios a completar rápidamente estos desafíos sin cuestionar su autenticidad. Además, la sofisticación con que se diseñan estas trampas dificulta su detección, ocultando la actividad maliciosa de los programas de seguridad.
Los usuarios pueden ser expuestos a un CAPTCHA malicioso a través de enlaces en correos electrónicos de phishing o mediante anuncios maliciosos insertados en sitios legítimos. Una vez que el usuario interactúa con el CAPTCHA falso, puede ser instruido para ejecutar comandos que activarán herramientas legítimas de Windows, como PowerShell, para descargar más malware desde servidores externos.
Los infostealers, que buscan robar datos sensibles como contraseñas y contactos, son uno de los principales tipos de malware que pueden ser instalados a través de estas amenazas. En 2024, se reportaron al menos 23 millones de víctimas de infostealers, principalmente en sistemas Windows, comprometidos a través de diversos ataques.
Para protegerse de estas amenazas, es crucial estar atento a solicitudes inusuales de CAPTCHA y mantener el software de sistema y navegador actualizado. Además, la instalación de un software de seguridad confiable puede ser fundamental para bloquear actividades sospechosas.
Si un usuario cae en la trampa y ejecuta comandos maliciosos, debe realizar un escaneo de malware, desconectar el dispositivo de internet y considerar un restablecimiento de fábrica, así como cambiar todas sus contraseñas y activar la autenticación multifactor en sus cuentas.
Actuar rápidamente es esencial para mitigar el daño que pueda resultar de haber caído en una amenaza de CAPTCHA. La defensiva cibernética es una responsabilidad compartida y la educación sobre estos riesgos puede marcar la diferencia en la seguridad en línea.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.