La reciente evolución de la tecnología deepfake, específicamente en el ámbito de la voz, ha abierto un nuevo capítulo en el mundo de la ciberseguridad. Aunque hasta ahora el fenómeno del deepfake se había centrado principalmente en la creación de imágenes y videos falsos, la aparición de aplicaciones capaces de generar voces humanas realistas marca un punto de inflexión en la potencialidad de estos recursos para actividades fraudulentas.
Un ejemplo notable de la aplicación positiva de esta tecnología lo encontramos en el mundo del entretenimiento, donde se ha utilizado para mejorar grabaciones antiguas de artistas como los Beatles. Sin embargo, el potencial de mal uso es significativo. La empresa OpenAI, conocida por desarrollar ChatGPT, ha presentado una aplicación que genera audios similares a la voz humana, lo cual podría ser aprovechado por los ciberdelincuentes para realizar estafas.
A pesar de que los deepfakes de voz actuales aún son identificables, la rapidez con que esta tecnología avanza sugiere que pronto podrían ser indistinguibles del habla humana. Este progreso tecnológico representa un riesgo considerable para individuos y empresas, como lo demuestra el caso del multimillonario Tim Draper, quien denunció que una versión falsa de su voz estaba siendo utilizada para actividades fraudulentas, específicamente para estafas con criptomonedas.
Ante este escenario, la pregunta sobre cómo protegernos de los deepfakes de voz se vuelve crucial. Aunque actualmente no se perciben como una amenaza inminente, y las soluciones de seguridad específicas contra deepfakes son escasas, hay medidas preventivas que pueden adoptarse. Es importante prestar atención a la calidad de la voz en las comunicaciones: si suena artificial, con ruidos o tonos robóticos, es un indicador de que podría ser un deepfake. Además, plantear preguntas inusuales durante una conversación puede ayudar a detectar si estamos ante un interlocutor falso, ya que la IA podría tardar en responder o dar respuestas incoherentes.
Instalar soluciones de seguridad confiables en nuestros dispositivos es otra línea de defensa. Por ejemplo, programas como Kaspersky Premium pueden ayudar a combatir los deepfakes, bloquear sitios web maliciosos y analizar archivos en busca de amenazas. Dmitry Anikin, científico de datos senior de Kaspersky, aconseja mantener la calma y no obsesionarse con la búsqueda de deepfakes, pero al mismo tiempo, estar conscientes de las amenazas emergentes y prepararse para ellas.
En conclusión, mientras los deepfakes de voz representan una nueva frontera en el fraude cibernético, la concienciación y adopción de medidas de seguridad adecuadas pueden ayudar a mitigar los riesgos asociados. A medida que esta tecnología continúa evolucionando, es esencial que individuos, empresas y la comunidad de ciberseguridad se mantengan alerta y actualizados sobre las mejores prácticas para protegerse contra estas amenazas cada vez más sofisticadas.