Elena Digital López

El 98 % de los expertos en ciberseguridad ve margen de mejora en sus sistemas de protección, según Kaspersky

Un nuevo estudio global revela que, aunque la mayoría está satisfecha con su nivel actual de seguridad, la fragmentación de herramientas, la falta de proactividad y la escasez de talento siguen siendo los grandes desafíos

En un contexto de amenazas digitales cada vez más complejas y persistentes, el último informe global de Kaspersky, titulado “Mejorando la resiliencia: ciberseguridad mediante inmunidad del sistema”, revela que el 98 % de los profesionales de ciberseguridad cree que sus sistemas actuales aún pueden mejorar.

La investigación se basó en una encuesta realizada a 850 responsables de seguridad informática de grandes organizaciones repartidas por Europa, América, Asia-Pacífico, Rusia y la región META. Pese a que el 94 % de los encuestados se declara satisfecho o muy satisfecho con su nivel actual de protección, una amplia mayoría identifica áreas clave que requieren mejoras.

Una satisfacción con matices: entre la complacencia y la urgencia

Aunque solo un 6 % muestra insatisfacción abierta, los datos indican que la percepción positiva no significa complacencia:

  • El 76 % de los expertos cree que hay “algunas” o “pocas” áreas que se pueden mejorar.
  • Un 22 % va más allá y pide mejoras significativas en sus estrategias defensivas.

Las principales debilidades detectadas están relacionadas con procesos operativos y limitaciones técnicas. Según el estudio, los retos más señalados son:

  • Procesos manuales que consumen demasiado tiempo (30 %)
  • Protección reactiva con poca capacidad proactiva (29 %)
  • Falta de personal cualificado (27 %)
  • Gestión compleja de múltiples soluciones desconectadas (23 %)

Este último punto es especialmente crítico, ya que la fragmentación del ecosistema de seguridad genera brechas de cobertura, errores de configuración y ralentiza la capacidad de respuesta. La existencia de múltiples soluciones no integradas aumenta el riesgo de vulnerabilidades no detectadas, debilitando el conjunto del sistema defensivo.

Otros puntos críticos: sistemas sobredimensionados y fatiga por alertas

Además de los retos mencionados, los encuestados también destacaron como preocupaciones:

  • Alto riesgo de colapso sistémico tras un ataque exitoso (22 %)
  • Entornos IT/OT demasiado complejos (21 %)
  • Inteligencia de amenazas obsoleta (20 %)
  • Fatiga por exceso de alertas (18 %)
  • Limitaciones funcionales de las herramientas actuales (17 %)

Estos datos refuerzan la necesidad urgente de adoptar plataformas de seguridad unificadas, automatizadas y con capacidad predictiva, que simplifiquen la gestión y mejoren la resiliencia.

Una visión proactiva: seguridad por diseño y visibilidad total

Para abordar estos desafíos, Kaspersky propone un enfoque transformador basado en tres pilares clave:

  1. Soluciones automatizadas y centralizadas, como Kaspersky Next XDR Expert, que combinan análisis de múltiples fuentes, machine learning y respuesta automática ante amenazas.
  2. Visibilidad profunda y contextualizada de las amenazas mediante Kaspersky Threat Intelligence, facilitando la gestión del ciclo completo de los incidentes.
  3. Diseño seguro desde la arquitectura, apostando por soluciones como KasperskyOS, que integran protección desde el código y permiten el funcionamiento seguro incluso en entornos hostiles sin necesidad de soluciones añadidas.

“Cada vez más organizaciones entienden que los retos modernos exigen no solo protección robusta, sino también una estrategia cohesiva y proactiva que refuerce todo su panorama digital frente a las brechas. La transformación debe empezar por integrar inteligencia de amenazas avanzada y herramientas seguras por diseño”, comenta Alexander Kostyuchenko, responsable de soluciones tecnológicas en Kaspersky.

Conclusión: resiliencia como prioridad estratégica

El informe de Kaspersky confirma una tendencia creciente en la industria: la resiliencia se impone como criterio esencial de éxito en ciberseguridad, por encima de la simple protección puntual. En un escenario de ataques cada vez más sofisticados y persistentes, las empresas deben evolucionar hacia modelos más integrados, autónomos y diseñados desde la inmunidad del sistema.

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