En un reciente discurso, el destacado científico informático Bernhard Schölkopf abordó una cuestión fundamental en la era de la inteligencia artificial (IA): ¿cuál será el próximo gran avance para esta tecnología? Con su estilo característico, Schölkopf entrelazó historia, ciencia y filosofía, reflexionando sobre la verdadera naturaleza de la inteligencia, tanto en máquinas como en seres humanos.
Comenzó su intervención retrocediendo a la década de 1950, un periodo crucial en el que la informática comenzaba a afianzarse. Durante este tiempo, pioneros como Frank Rosenblatt introdujeron el Perceptron, considerado uno de los primeros modelos de máquinas capaces de «pensar» de forma similar al cerebro humano. Desde entonces, el campo de la IA ha avanzado significativamente, permitiendo resolver problemas complejos y abriendo nuevas posibilidades en diversas disciplinas, incluida la astronomía.
Sin embargo, Schölkopf también abordó las limitaciones inherentes a estos sistemas. Subrayó la importancia de la suposición IID (puntos de datos independientes y distribuidos de la misma manera), esencial para el funcionamiento de los modelos de aprendizaje automático. Cuando los datos del mundo real no se ajustan a estos parámetros, los sistemas de IA pueden cometer errores significativos.
El científico dio un giro hacia el aspecto creativo de la inteligencia artificial, destacando la capacidad de la IA generativa para crear música a partir de texto y generar imágenes impresionantes mediante modelos de difusión. Aunque estos avances son impresionantes, Schölkopf se preguntó si tales herramientas realmente comprenden la causalidad y cómo las intervenciones pueden transformar los resultados.
Para cerrar su conferencia, planteó una interrogante profunda: «¿Somos nosotros inteligentes?». En un mundo cada vez más influenciado por la IA, esta pregunta invita a una autoreflexión sobre la condición humana, sugiriendo que el examen de la inteligencia debería abarcar no solo a las máquinas, sino también a nosotros mismos.
Este discurso fue parte de los esfuerzos de ESET, comprometido con la promoción de la innovación científica y el avance del conocimiento, y se llevó a cabo en el contexto del festival Starmus, una plataforma global de comunicación científica.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.