Innovy, multinacional italiana de servicios de consultoría especializada en soluciones innovadoras de tecnologías de la información (TIC), revela los principales desafíos y tendencias en ciberseguridad que enfrentan las empresas en 2022. Debido a la pandemia, la tecnología se ha convertido en la columna vertebral de las actividades de la compañía y de su gestión en áreas clave, por lo que la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad máxima para la estabilidad empresarial.
En los últimos dos años, el creciente número de ciberataques se ha convertido en un tema relevante tanto para los CISO (Chief Information Security Officers) como para los CSO (Chief Security Officers). Un reciente estudio de 101 Datos indicaba que en España se producen aproximadamente 40.000 ciberataques al día. Y es que, según la Agencia Europea de Ciberseguridad (ENISA), entre 2020 y 2021 los ciberataques, además de aumentar, se han vuelto más sofisticados y difíciles de detectar.
Como respuesta a las nuevas necesidades digitales de las empresas, la innovación, como referente de la consultoría estratégica en el ámbito de las soluciones de ciberseguridad, identificó algunos de los retos y tendencias prioritarios en este ámbito este año.
Alinear las estrategias de ciberseguridad
La aceleración de la digitalización en las empresas motivada por la pandemia ha traído consigo una mayor responsabilidad a la hora de proteger los sistemas tecnológicos y las grandes cantidades de información que ahora manejan. Sin embargo, en muchos casos la ciberseguridad aún recibe poca atención por parte de los líderes tecnológicos y se quedan al margen de las estrategias corporativas de TI. Por ello, es importante potenciar una cultura en la que las empresas tengan una alta percepción del riesgo digital y le den valor a la función de seguridad cibernética. De acuerdo con esta tarea pendiente, una encuesta reciente de Gartner a responsables tecnológicos de las empresas señala que el 66% prevé aumentar la inversión en seguridad de la información y la ciberseguridad en 2022.
Para seguir avanzando en esta cuestión, otro de los mayores retos que se presentan consiste en desligar el concepto de que la ciberseguridad es un asunto que compete a perfiles técnicos y no a perfiles de dirección y gestión, lo que provoca en ocasiones que esta área se quede totalmente aislada de la planificación. Para que la seguridad sea una realidad y no solo una sensación, los empleados y las operaciones que se realizan en la empresa a diferentes niveles deben seguir normas para la seguridad cibernética que sean coherentes con las aplicaciones de ciberseguridad desplegadas. En este punto, también queda trabajo por hacer dentro de las empresas en materia de formación y concienciación sobre privacidad y seguridad.
Externalización de los servicios de ciberseguridad
Una tendencia cada vez mejor valorada dentro del ámbito empresarial es la de confiar los sistemas de ciberseguridad a proveedores externos de consultoría y soluciones tecnológicas. Las grandes organizaciones encuentran en esta modalidad una forma de ahorrar costes en innovación, personal, despliegue tecnológico y tiempo de trabajo, mientras que las empresas medianas o aquellas con recursos más limitados se aseguran de disponer de un partner experto en el sector que alivia sus preocupaciones blindándole contra posibles ataques y adaptándose ágilmente a cambios legislativos y estándares internacionales.
A falta de medios propios, la externalización es una vía para reducir la exposición a ataques y aumentar la capacidad para rechazarlos. La falta de herramientas de ciberseguridad para contrarrestar un ciberataque puede poner en jaque la supervivencia del negocio, pues además de provocar pérdidas económicas o potenciales crisis de reputación puede derivar en una paralización de su actividad.
La inteligencia al servicio de la seguridad cibernética
Del mismo modo en que los datos y las nuevas tecnologías se han convertido durante la pandemia en el núcleo de las áreas críticas de gestión, como pueden ser finanzas o recursos humanos, una tendencia en las empresas debe ser la de incorporar innovaciones como el Big Data, para procesar la enorme cantidad de información producida, o el machine learning, para hacer una gestión inteligente de dicha información y hacer frente a escenarios cambiantes y situaciones de riesgo.
Igualmente, la inteligencia artificial (IA) confiere la capacidad de enfrentarse a los ciberdelitos mediante la identificación de patrones de comportamiento, lo que le permite detectar posibles anomalías. Esta tecnología cobra mayor sentido al aplicarse en sistemas que procesan enormes cantidades de datos por segundo, en los que la vulnerabilidad es mayor.
En este contexto de innovación, Innovery se posiciona como un partner tecnológico que pone a disposición del cliente un conocimiento extenso de las tecnologías en todos los ámbitos de la ciberseguridad y la integración de sistemas. Su actividad principal consiste en implantar soluciones complejas de los principales fabricantes de la industria, sobre todo en las mayores entidades financieras y operadores de telecomunicaciones de España. Entre sus servicios de apoyo a la seguridad se encuentra la detección de vulnerabilidades, la monitorización de infraestructuras IT, el diseño de arquitecturas o la integración de infraestructuras.
Gianvittorio Abate, CEO y fundador de Innovery, asegura que “las empresas están comenzando a ser conscientes de la importancia que tiene la ciberseguridad y a invertir en una preparación tecnológica adecuada para hacer frente al imprevisible ecosistema digital actual. Si bien queda mucho recorrido por hacer, desde Innovery secundamos este despegue de la ciberseguridad como integradores de sistemas, ayudando a las empresas a elegir e implementar soluciones de ciberseguridad orientadas a las necesidades y riesgos del campo en el que opera”.