Más Allá de la Casilla: Desmitificando la Conformidad en Ciberseguridad

En la actualidad, las empresas enfrentan múltiples desafíos, pero uno de los más apremiantes es el incremento de los ciberataques. A medida que estas amenazas continúan en aumento, tanto organizaciones pequeñas como grandes reconocen que la ciberseguridad ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una necesidad imperante. Este cambio de perspectiva también ha sido adoptado por gobiernos y agencias regulatorias, especialmente en sectores críticos para la infraestructura nacional.

Las empresas que operan en estos sectores deben cumplir con un conjunto de regulaciones obligatorias que pueden parecer abrumadoras, pero son esenciales para garantizar la seguridad pública y el funcionamiento fluido del país. Por ejemplo, una compañía que maneja datos de pacientes en California debe adherirse a la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud (HIPAA) y a la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA).

Es importante destacar que la conformidad con estas regulaciones no es un esfuerzo único; las organizaciones deben mantenerse actualizadas y asegurar un cumplimiento continuo a medida que las normativas evolucionan. La falta de conformidad no solo puede resultar en multas significativas, sino que también puede disparar los costos en caso de incidentes como violaciones de datos o ataques de ransomware.

La regulación en materia de ciberseguridad varía según diversos factores, como la ubicación geográfica de los clientes y el tipo de datos que se manejen. Por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) se aplica a los ciudadanos dentro de la Unión Europea, mientras que la CCPA es específica para los residentes de California. A medida que las empresas buscan atraer a nuevos clientes o socios, puede ser beneficioso obtener certificaciones específicas, como el certificado FedRAMP para colaborar con el gobierno federal de EE.UU.

La integración de la conformidad en la estrategia empresarial es esencial para adaptarse a los requisitos regulatorios que están en constante aumento. Empresas bien preparadas tendrán más facilidad para hacer frente a estos cambios, lo que a la larga puede ahorrar recursos y facilitar el crecimiento sostenido.

Dentro del panorama de la normativa de ciberseguridad, hay varias leyes y marcos importantes que las empresas deben conocer, como la HIPAA, las reglas de ciberseguridad de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC), y el marco de ciberseguridad del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST). Otras normativas relevantes incluyen el Estándar de Seguridad de Datos para la Industria de Tarjetas de Pago (PCI DSS) y la Directiva sobre la Seguridad de Redes e Información (NIS2) de la Unión Europea.

La falta de conformidad puede resultar extremadamente costosa. Por ejemplo, las violaciones al GDPR pueden conllevar multas de hasta 10 millones de euros o el 2% de la facturación anual global de una empresa. En EE.UU., no cumplir con la Ley de Seguridad Federal de Información (FISMA) puede afectar la financiación federal y resultar en audiencias gubernamentales.

En un entorno donde la ciberseguridad es cada vez más crucial, volver a evaluar la relación de una empresa con las normativas regulatorias no solo es prudente, sino vital. La conformidad no debe ser vista como un gasto opcional, sino como una inversión imprescindible que, si se ignora, puede tener consecuencias devastadoras.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.

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