El pasado domingo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, vivió en primera persona las consecuencias de la escalada de la guerra electrónica que Rusia mantiene contra Europa. Su aeronave sufrió graves interferencias en los sistemas de navegación GPS durante la aproximación al aeropuerto de Plovdiv, la segunda ciudad más grande de Bulgaria, en lo que las autoridades búlgaras consideran un ataque electrónico deliberado desde territorio ruso.
El incidente se produjo mientras Von der Leyen realizaba una gira por los denominados «estados de primera línea», aquellos países europeos más amenazados por la invasión rusa de Ucrania: Letonia, Finlandia, Estonia, Polonia, Lituania, Bulgaria y Rumania. El objetivo de este viaje era precisamente subrayar el compromiso de la Unión Europea de reforzar sus capacidades de defensa y seguridad en respuesta a las crecientes amenazas híbridas procedentes del Kremlin.
Un aterrizaje de emergencia que revela una amenaza mayor
El avión, fletado por la Comisión Europea para el desplazamiento oficial, perdió por completo el acceso a las ayudas electrónicas de navegación durante la fase crítica de aproximación al aeropuerto de Plovdiv. Von der Leyen tenía previsto visitar un productor de armas en la localidad de Sopot, acompañada por el primer ministro búlgaro Rosen Zhelyazkov, en el marco de los esfuerzos europeos por fortalecer la industria de defensa continental.
Ante la pérdida de los sistemas de navegación modernos, el Servicio de Tránsito Aéreo búlgaro tuvo que improvisar una solución de emergencia. Los controladores propusieron una aproximación de aterrizaje alternativa utilizando las ayudas de navegación terrestres tradicionales, específicamente los Sistemas de Aterrizaje Instrumental más antiguos, que funcionan de manera completamente independiente a la asistencia proporcionada por GPS y otros sistemas satelitales.
Afortunadamente, la aeronave logró aterrizar sin mayores incidencias, pero el episodio ha servido como un «aviso a navegantes» sobre la vulnerabilidad de la infraestructura crítica europea ante los ataques híbridos rusos. La portavoz de la Comisión Europea confirmó posteriormente haber recibido información de las autoridades búlgaras indicando que «sospechan que esta flagrante interferencia fue llevada a cabo por Rusia».
La técnica del «GPS spoofing»: un arma de guerra moderna
Según los expertos en guerra electrónica consultados, el incidente más probable corresponde a una técnica conocida como «GPS spoofing» o suplantación del GPS. Este método de ataque consiste en la transmisión deliberada de ondas de radio en las mismas frecuencias que utilizan los satélites del Sistema de Posicionamiento Global estadounidense o el sistema europeo Galileo.
La efectividad de esta técnica radica en una vulnerabilidad inherente de los sistemas satelitales: dado que los satélites GPS se encuentran a aproximadamente 20.000 kilómetros sobre la superficie terrestre, las señales que transmiten llegan considerablemente debilitadas. Un transmisor terrestre relativamente potente puede fácilmente saturar estas señales débiles, creando interferencias que impiden a las aeronaves acceder a los sistemas de navegación satelital.
Pero el «spoofing» va más allá del simple bloqueo de señales. Los atacantes pueden generar señales falsas que imitan a las de los satélites genuinos, proporcionando información de ubicación completamente errónea. El resultado es que las aeronaves, barcos u otros vehículos que dependen de estos sistemas para su navegación reciben datos de posicionamiento distorsionados o completamente falsos, lo que puede llevarlos a rutas peligrosas o a destinos no deseados.
Un patrón sistemático de agresión híbrida
Este ataque contra la aeronave de Von der Leyen no constituye un incidente aislado, sino que forma parte de un patrón sistemático de agresión híbrida que Rusia ha intensificado desde el inicio de su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. Los gobiernos europeos han documentado una escalada dramática en este tipo de interferencias deliberadas, particularmente en la región del mar Báltico.
Según datos oficiales proporcionados por varios estados miembros de la UE, las cifras de interferencias GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) han experimentado un crecimiento exponencial. En Lituania, los casos registrados pasaron de 556 en marzo de 2024 a 1.185 en enero de 2025. Letonia reportó un aumento de 790 casos en octubre de 2024 a 1.288 en enero de 2025. Polonia, por su parte, vio incrementar los incidentes de 1.908 en octubre de 2024 a 2.732 casos en enero de 2025.
Estonia registró 1.150 casos en octubre de 2024 y 1.085 en enero de 2025, mientras que desde agosto de 2024 se ha observado un incremento dramático en el bloqueo y la suplantación de señales GNSS para aeronaves en toda la región báltica. Desde principios de 2025, las interferencias también han comenzado a afectar con mayor frecuencia a los buques que navegan por estas aguas.
Respuesta institucional y medidas de contraataque
El Comisario de Defensa y Espacio de la Unión Europea, Andrius Kubilius, utilizó su cuenta en la red social X para lamentar públicamente el incidente. «Las interferencias y la suplantación de identidad perjudican nuestras economías aéreas, marítimas y de transporte», escribió el comisario lituano, añadiendo que la UE «aumentará los satélites en órbita terrestre baja para mayor robustez y mejorará la detección de interferencias».
La gravedad de la situación ha llevado a ocho estados miembros de la Unión Europea -Lituania, República Checa, Estonia, Finlandia, Italia, Letonia, Rumania y España- a presentar una petición formal durante la reunión del Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía celebrada los días 5 y 6 de junio de 2025.
En su comunicación dirigida a la Alta Representante Kaja Kallas, la Vicepresidenta Ejecutiva Henna Virkkunen y varios comisarios europeos, estos países han solicitado acciones coordinadas para contrarrestar las amenazas de bloqueo y suplantación de los sistemas GNSS.
Un catálogo de medidas urgentes
Las propuestas presentadas por estos estados incluyen siete líneas de acción prioritarias. En primer lugar, evaluar y coordinar la posibilidad de suspender los derechos de Rusia y Bielorrusia en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para registrar el uso de recursos radioeléctricos mientras continúen las interferencias GNSS.
También proponen reevaluar la dependencia actual del transporte en la navegación basada en GNSS y desplegar sistemas alternativos o complementarios, incluyendo soluciones terrestres tradicionales. Asimismo, según los riesgos identificados, solicitan hacer obligatorio el entrenamiento regular en procedimientos operacionales para pilotos, controladores de tráfico aéreo y personal de seguridad electrónica sobre detección de interferencias GNSS, respuesta y mitigación.
La promoción de la colaboración entre la industria y los fabricantes para desarrollar herramientas de mitigación y actualizaciones también figura entre las prioridades. Los estados firmantes piden apoyo para revisiones a nivel de operador de la preparación de sistemas de respaldo, asegurando que las alternativas no dependientes de GNSS sean utilizables y se practiquen regularmente.
Adicionalmente, solicitan llamar la atención de los operadores de infraestructura crítica y fabricantes de sistemas no tripulados sobre los riesgos que pueden surgir de las interferencias con GNSS. También proponen desarrollar planes de acción para diferentes dominios -espacio, aviación, marítimo, telecomunicaciones- para evitar la duplicación potencial de esfuerzos y coordinar medidas a corto y largo plazo a nivel de la UE y nacional.
Implicaciones para la seguridad europea
El incidente del avión de Von der Leyen ilustra de manera dramática las vulnerabilidades de las infraestructuras críticas europeas ante las nuevas formas de guerra híbrida desarrolladas por Rusia. Los expertos en seguridad advierten que estas interferencias no constituyen incidentes aleatorios, sino una acción sistemática y deliberada que forma parte de la estrategia del Kremlin para desestabilizar Europa.
La facilidad y el bajo coste con que se pueden causar daños significativos mediante estas técnicas, sin asumir responsabilidades directas, hace que esta actividad sea especialmente atractiva para los atacantes. Los analistas consideran que estos ataques continuarán e incluso se intensificarán a menos que se tomen medidas de contraataque proporcionadas.
Las implicaciones van mucho más allá del sector del transporte. Los sistemas GNSS no solo son vitales para la navegación aérea y marítima, sino que también proporcionan servicios de sincronización temporal esenciales para las redes de telecomunicaciones, las transacciones financieras y la estabilización de las redes eléctricas. Una interferencia coordinada podría tener efectos en cascada sobre múltiples sectores críticos de la economía europea.
El dilema de la dependencia tecnológica
El incidente plantea interrogantes preocupantes sobre la capacidad de defensa europea en un contexto de creciente confrontación con Rusia. Como señalan los expertos militares, si los sistemas de navegación civil pueden ser interferidos con tanta facilidad, surge la pregunta inevitable: «¿Puede un ejército europeo confiar en el GPS para guiar drones o misiles en este momento?».
Esta vulnerabilidad expuesta pone de manifiesto la urgente necesidad de diversificar los sistemas de navegación y reducir la dependencia de las tecnologías satelitales estadounidenses. El sistema europeo Galileo, aunque más resistente a las interferencias que el GPS, tampoco está completamente inmune a estos ataques sofisticados.
La respuesta europea debe incluir tanto medidas técnicas como diplomáticas. En el plano técnico, es fundamental acelerar el desarrollo de sistemas de navegación alternativos y complementarios, incluyendo el fortalecimiento de las ayudas de navegación terrestres tradicionales que demostraron su utilidad durante el incidente de Plovdiv.
Hacia una nueva arquitectura de seguridad
El episodio vivido por Von der Leyen marca un punto de inflexión en la percepción europea sobre las amenazas híbridas. Ya no se trata de posibilidades teóricas o ataques contra países periféricos, sino de agresiones directas contra los más altos representantes de las instituciones europeas en territorio comunitario.
La guerra electrónica que Rusia desarrolla contra Ucrania desde febrero de 2022 se ha extendido claramente al espacio aéreo europeo, convirtiendo cada vuelo comercial en una potencial víctima de esta nueva forma de confrontación. Los datos estadísticos muestran que ningún país del flanco oriental europeo está a salvo de estas interferencias sistemáticas.
La respuesta coordinada solicitada por los ocho estados miembros representa un primer paso hacia el reconocimiento oficial de que Europa se encuentra ya en una forma de conflicto híbrido con Rusia. Las medidas propuestas, desde la suspensión de derechos en organismos internacionales hasta el fortalecimiento de sistemas alternativos de navegación, configuran los elementos básicos de una nueva arquitectura de seguridad adaptada a las amenazas del siglo XXI.
El tiempo apremia, y como demostró el incidente de Plovdiv, la próxima interferencia podría no tener un desenlace tan afortunado. La seguridad de los cielos europeos, y por extensión la de todos sus ciudadanos, depende ahora de la rapidez y eficacia con que las instituciones comunitarias respondan a esta escalada de la guerra electrónica rusa.
Preguntas frecuentes
¿Qué es exactamente el GPS spoofing y cómo funciona? El GPS spoofing o suplantación del GPS es una técnica de guerra electrónica que consiste en transmitir señales falsas que imitan a las de los satélites reales de navegación. Como los satélites están a 20.000 km de distancia, sus señales llegan muy débiles a la Tierra, por lo que un transmisor terrestre potente puede saturarlas o falsificarlas, haciendo que los receptores muestren ubicaciones incorrectas o pierdan completamente la señal de navegación.
¿Desde cuándo Rusia realiza estos ataques sistemáticos contra sistemas GPS europeos? Según los documentos oficiales de la UE, las interferencias sistemáticas comenzaron en 2022 con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, pero se han intensificado dramáticamente desde agosto de 2024. Los países bálticos han registrado aumentos de casos que van desde los 556 en marzo de 2024 hasta más de 1.000 casos mensuales en enero de 2025, evidenciando una escalada constante de estos ataques híbridos.
¿Qué sectores además del transporte se ven afectados por las interferencias GPS? Los sistemas GNSS no solo afectan a la navegación aérea y marítima, sino que son fundamentales para la sincronización temporal de redes de telecomunicaciones, transacciones financieras, estabilización de redes eléctricas y operaciones de infraestructuras críticas. Una interferencia coordinada podría causar efectos en cascada sobre múltiples sectores vitales de la economía europea.
¿Qué medidas está tomando la UE para protegerse de futuros ataques de este tipo? La Unión Europea está implementando un plan de siete puntos que incluye la posible suspensión de los derechos de Rusia en organismos internacionales de telecomunicaciones, el fortalecimiento de sistemas de navegación alternativos no dependientes de satélites, entrenamiento obligatorio para personal de aviación en procedimientos anti-interferencia, y el desarrollo de planes de acción coordinados para diferentes sectores críticos a nivel comunitario y nacional.
vía: europa