Un ataque DDoS de 1,5 mil millones de paquetes por segundo pone en jaque a la infraestructura europea

La guerra digital volvió a mostrar su cara más devastadora. Un proveedor europeo de servicios de defensa frente a ataques DDoS fue víctima de una ofensiva masiva que alcanzó los 1,5 mil millones de paquetes por segundo (Bpps), una de las mayores tasas de envío de paquetes jamás registrada públicamente. El ataque, según confirmó la empresa de seguridad FastNetMon, se llevó a cabo con el objetivo de dejar inoperativos los sistemas de un scrubbing center, instalaciones dedicadas a limpiar el tráfico malicioso en situaciones de denegación de servicio.

El ataque partió de más de 11.000 redes distintas en todo el mundo, con dispositivos comprometidos que iban desde routers MikroTik hasta dispositivos IoT domésticos y corporativos, convertidos en auténticas armas digitales sin que sus propietarios lo supieran.


Un ataque sin precedentes en Europa

El incidente no reveló la identidad del cliente atacado, pero FastNetMon lo describe como un proveedor europeo de mitigación DDoS, especializado en filtrar tráfico con técnicas como inspección de paquetes, limitación de velocidad, CAPTCHAs o detección de anomalías.

La ofensiva, basada en un flood de UDP, buscaba saturar la capacidad de procesamiento de la víctima y provocar caídas de servicio. Gracias a la detección en tiempo real de FastNetMon, se desplegaron listas de control de acceso (ACLs) en routers perimetrales, especialmente aquellos conocidos por ser susceptibles a ataques de amplificación. Esta reacción rápida evitó que el ataque cumpliera su objetivo, aunque el evento deja claras señales de alerta.

Lo llamativo no es solo la magnitud, sino la tendencia: días antes, la gigante Cloudflare anunció haber detenido el mayor ataque volumétrico de la historia, que alcanzó los 11,5 Tbps y 5,1 mil millones de paquetes por segundo. Ambos episodios muestran que los ciberdelincuentes están empujando los límites de capacidad, tanto en ancho de banda como en número de paquetes.


IoT y routers, las nuevas armas del cibercrimen

Lo que hace particularmente preocupante este ataque es su origen: equipos cotidianos. Miles de dispositivos de consumo, desde cámaras conectadas hasta routers domésticos, fueron explotados como parte de una botnet distribuida.

El propio Pavel Odintsov, fundador de FastNetMon, advirtió:

“Este evento forma parte de una tendencia muy peligrosa. Cuando decenas de miles de dispositivos de cliente pueden ser secuestrados y usados en inundaciones coordinadas de paquetes de esta magnitud, los riesgos para los operadores de red crecen de forma exponencial”.

El experto insistió en que la industria debe actuar a nivel de proveedor de servicios de Internet (ISP), implementando lógicas de detección proactiva que bloqueen ataques salientes antes de que se amplifiquen a escala global.

En la práctica, esto implica que los ISPs deberían asumir más responsabilidad en filtrar tráfico anómalo desde su origen, en lugar de que la defensa dependa únicamente de las víctimas o de los proveedores de scrubbing.


El papel de FastNetMon en la mitigación

FastNetMon detalló que su plataforma avanzada de detección, basada en algoritmos optimizados en C++, permitió identificar la ofensiva en cuestión de segundos. Este tiempo de reacción fue clave para que el cliente activara mecanismos automáticos de mitigación.

La compañía subraya que la visibilidad en tiempo real es ya una condición indispensable para sobrevivir a ataques de esta envergadura, donde no solo importa el volumen de tráfico, sino también la rapidez con la que se despliega.

En palabras de Odintsov:

“Sin un filtrado proactivo a nivel de ISP, el hardware de consumo comprometido puede ser convertido en un arma a gran escala”.


Contexto global: la carrera armamentística del DDoS

Los expertos en ciberseguridad ven en este ataque una muestra más de la carrera armamentística en el ámbito DDoS. En apenas una década, se ha pasado de ataques medidos en Gbps a ofensivas que rozan las decenas de terabits por segundo.

La combinación de botnets IoT, software malicioso adaptado y el abuso de protocolos inseguros está permitiendo a los atacantes lanzar campañas que rivalizan con la capacidad de las principales infraestructuras de Internet.

Este fenómeno está teniendo un impacto directo en varios frentes:

  • Costes crecientes para empresas y proveedores, que deben invertir en soluciones cada vez más robustas.
  • Riesgo para servicios críticos: desde la banca online hasta las telecomunicaciones y servicios de emergencia.
  • Dependencia de terceros: muchas organizaciones carecen de recursos para gestionar ataques de esta magnitud y dependen de scrubbing centers o empresas como Cloudflare, Akamai, Fastly o FastNetMon.

¿Qué significa un ataque de 1,5 Bpps?

Para entender la magnitud, conviene contextualizar:

  • 1,5 mil millones de paquetes por segundo (Bpps) significa que el objetivo recibió más de 90.000 millones de paquetes por minuto.
  • Incluso con anchos de banda moderados, los routers y firewalls de nivel empresarial colapsan si deben procesar tal avalancha de solicitudes.
  • Los ataques de paquetes buscan agotar CPU y memoria de los equipos más que saturar enlaces físicos, lo que los hace especialmente dañinos.

En comparación, el ataque bloqueado recientemente por Cloudflare alcanzó 5,1 Bpps, considerado hasta ahora el mayor de la historia. El ataque mitigado por FastNetMon se ubica en el top histórico de ataques por tasa de paquetes, lo que lo convierte en un caso de referencia en 2025.


La llamada a la acción: detección en los ISPs

El consenso entre expertos es claro: el modelo actual no escala. Mientras que las empresas de mitigación pueden reaccionar a ataques una vez que ocurren, la solución estructural requiere que los proveedores de Internet filtren tráfico malicioso antes de que abandone la red de origen.

Esto implicaría:

  • Adopción masiva de BCP38 (prácticas para evitar suplantación de IP).
  • Sistemas de detección automática integrados en la capa de red.
  • Colaboración internacional para compartir información sobre botnets activas.

Sin estos mecanismos, el riesgo es que cada vez más servicios —incluyendo infraestructuras críticas— se conviertan en rehenes de ofensivas que utilizan el propio hardware de los consumidores como armas.


Conclusión

El ataque de 1,5 Bpps mitigado por FastNetMon no solo es un récord técnico: es una advertencia. La capacidad de los ciberdelincuentes para explotar dispositivos cotidianos en miles de redes distintas demuestra que la superficie de ataque global está fuera de control.

La industria se enfrenta a un dilema urgente: reforzar la seguridad en origen, a nivel de ISPs y fabricantes de hardware, o aceptar que cada año veremos ofensivas más grandes, más frecuentes y con mayor impacto.

En palabras de FastNetMon: “La industria debe actuar ahora, antes de que la infraestructura digital se convierta en un campo de batalla permanente”.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué significa un ataque DDoS de 1,5 Bpps?
Se trata de un ataque distribuido de denegación de servicio en el que el objetivo recibe 1.500 millones de paquetes por segundo, diseñado para saturar la capacidad de procesamiento de routers, firewalls y servidores.

¿Cómo se mitigó este ataque en Europa?
Gracias a la detección en tiempo real de FastNetMon, se desplegaron ACLs en routers perimetrales y se aplicaron medidas de filtrado en el scrubbing center de la víctima.

¿Qué diferencia hay entre un ataque medido en Tbps y uno en Bpps?
Los Tbps miden la cantidad de datos transferidos por segundo (volumen), mientras que los Bpps miden la cantidad de paquetes enviados por segundo (tasa). Los ataques de paquetes suelen centrarse en agotar CPU y memoria, mientras que los volumétricos buscan saturar enlaces.

¿Qué papel juegan los dispositivos IoT en estos ataques?
Son uno de los vectores principales: dispositivos mal configurados o inseguros (cámaras, routers, sensores) pueden ser secuestrados por botnets y usados como lanzadores de tráfico malicioso a gran escala.

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