Una llamada de rutina al banco, un pequeño “clic”, un eco extraño y un microcorte que obliga a repetir el “¿me oye?”. Muchos lo achacan a la cobertura. Pero, en un mundo donde el teléfono concentra vida personal y profesional, conviene hacerse una pregunta incómoda: ¿y si no es la línea… y alguien escucha?
Este reportaje explica, en lenguaje claro, cómo detectar indicios de intervención en el teléfono, cómo confirmar (o descartar) la sospecha en iPhone y Android, qué pasos dar si aparece software espía y qué hábitos ayudan a blindar el dispositivo en el día a día. No se trata de sembrar alarma, sino de ofrecer un checklist práctico que sirva para tomar el control de la propia seguridad.
11 señales que deberían encender las alarmas
No hay un “síntoma mágico” que lo confirme todo. La clave es la acumulación de señales. Una sola puede ser un fallo habitual; varias, repetidas en el tiempo, ameritan actuar.
- Aumento brusco del consumo de datos.
Si el tráfico mensual se dispara sin motivo, podría haber procesos que transmiten audio, ubicación o registros en segundo plano. Revise siempre el detalle de consumo por aplicación. - La batería se agota con rapidez.
Un teléfono sano, con un uso estable, no debería “caerse” a media tarde. El spyware consume energía al grabar, cifrar y subir información. Compare el consumo de “Pantalla activa” y “Pantalla en reposo”. - Calentamiento inusual.
Si el móvil se calienta en el bolsillo sin usarlo, puede haber procesos ocultos. El calor continuo —sin juegos, cámara o GPS activos— es mala señal. - Ruidos extraños durante las llamadas.
Chasquidos, ecos o pitidos persistentes no siempre son red. Si aparecen a menudo y con distintos interlocutores, conviene investigar. - Reinicios o apagados inesperados.
El malware no es perfecto: provoca bloqueos, pantallazos y reinicios que no se explican por actualizaciones o golpes. - Actividad inusual en cuentas.
Avisos de cambio de contraseña, inicios de sesión desde lugares desconocidos o movimientos bancarios que no reconoce pueden implicar algo más que el número intervenido: quizá también credenciales comprometidas. - SMS o correos sospechosos.
Mensajes con códigos raros, símbolos o enlaces dudosos, incluso desde contactos conocidos, pueden ser comandos de software espía o intentos de phishing. No abra enlaces: elimine y reporte. - Rendimiento lento.
Apps que tardan en abrirse, menús que se “congelan” o web eternas para cargar pueden indicar que recursos del sistema están secuestrados por procesos ocultos. - Interferencias con otros dispositivos.
Zumbidos en altavoces, parpadeos o anomalías cuando el móvil está cerca apuntan a emisiones o interferencias inusuales. - Buzón de voz que se llena o vacía sin explicación.
El desvío o la interceptación de llamadas pueden alterar el buzón sin que el usuario toque nada. - Dificultad para apagar el teléfono.
Si “se resiste” a apagarse o tarda mucho, quizá esté terminando tareas encubiertas o enviando datos.
Importante: una o dos señales aisladas no bastan para concluir que hay un “pinchazo”. Las redes fallan, las baterías envejecen y las apps se cuelgan. Lo relevante es el patrón: repetición, simultaneidad y duración.
Cómo comprobarlo en iPhone y Android
Existen comprobaciones sencillas que cualquier usuario puede hacer, sin herramientas especiales. No prueban “al 100 %” una escucha, pero ayudan a detectar perfiles, permisos y desvíos anómalos.
En iPhone
1. Eliminar perfiles desconocidos
Ajustes → General → VPN y Gestión del Dispositivo.
Si ve un perfil de configuración que no reconoce, elimínelo. Algunos ataques abusan de perfiles MDM o VPN para dirigir tráfico.
2. Revisar batería y datos
Ajustes → Batería. Compruebe qué apps consumen más, especialmente con “Pantalla en reposo”.
Ajustes → Datos móviles. Revise apps con picos de consumo en segundo plano.
3. Comprobar desvíos de llamadas
Marque *#21#. El iPhone mostrará el estado de servicios como desvío de voz o datos. Si ve desvíos activos que no ha configurado, investigue con su operador.
4. Actualizar iOS y apps
Ajustes → General → Actualización de software. Estar al día cierra puertas conocidas.
5. Restablecimiento de fábrica (último recurso)
Ajustes → General → Transferir o restablecer iPhone → Borrar contenidos y ajustes.
Antes, haga copia en un soporte de confianza (nube cifrada o disco externo).
En Android
1. Apps con privilegios de administrador
Ajustes → Seguridad y privacidad → Más opciones de seguridad → Apps de administrador del dispositivo.
Desactive permisos de administrador en apps desconocidas y desinstálelas.
2. Revisar permisos app por app
Ajustes → Aplicaciones → Todas las apps. Entre en cada una y revise Permisos: micrófono, cámara, ubicación. Revoque los innecesarios.
3. Vigilar el consumo de datos
Ajustes → Red e Internet → SIMs → [su operador] → Uso de datos de apps.
Busque consumos elevados en segundo plano.
4. Ver servicios en ejecución
Active Opciones de desarrollador (pulse 5 veces en Número de compilación en Ajustes → Información del teléfono).
Luego, en Servicios en ejecución, detenga procesos que no reconoce.
5. Iniciar en Modo seguro
Mantenga pulsado Encendido y, después, mantenga Apagar hasta ver Modo seguro.
Si los problemas desaparecen en modo seguro, el sospechoso es alguna app instalada.
Qué hacer si detecta indicios sólidos
Ante la duda razonable —varios síntomas y alguna confirmación de configuraciones anómalas—, conviene actuar con método para cortar la fuga y limpiar.
1) Desconecte el dispositivo.
Active Modo avión y desactive Wi-Fi, datos y Bluetooth. Evitará que el teléfono envíe más información.
2) Depure apps y permisos.
Revise la lista completa de aplicaciones y desinstale lo desconocido o innecesario, empezando por las que tengan permisos de administrador o acceso a micrófono/cámara.
3) Revise configuraciones críticas.
- iPhone: Ajustes → General → VPN y Gestión del Dispositivo: elimine perfiles que no haya instalado usted.
- Android: Ajustes → Seguridad y privacidad → Apps de administrador del dispositivo: revoque derechos sospechosos.
4) Restablezca a fábrica (si persiste la sospecha).
- iPhone: Ajustes → General → Transferir o restablecer iPhone → Borrar contenidos y ajustes.
- Android: Ajustes → Sistema (o Configuración general) → Borrar todos los datos (restablecimiento de fábrica).
Después, restaure solo lo imprescindible y desde copias confiables. Evite restaurar ajustes o apps problemáticas.
5) Cambie contraseñas desde un equipo limpio.
Correo, banca, redes sociales y cualquier servicio crítico. Active la autenticación en dos factores (2FA). Use contraseñas únicas y largas.
6) Considere ayuda profesional.
Si el problema reaparece o existe un riesgo elevado (entornos corporativos, perfiles de alto valor), contacte con especialistas en ciberseguridad para un análisis forense del dispositivo.
Cómo reducir al mínimo el riesgo de intervención
La prevención es su mejor aliado. Estas prácticas no requieren ser “experto” y ofrecen mucha protección:
- Actualizaciones automáticas de sistema y aplicaciones. Cierran vulnerabilidades conocidas.
- Contraseñas de 12+ caracteres con letras, números y símbolos; jamás reutilice claves.
- 2FA siempre que sea posible (app de autenticación o llave física mejor que SMS).
- Evitar Wi-Fi públicas sin protección. Si debe usarlas, VPN de confianza.
- Instalar solo desde tiendas oficiales. Las tiendas de terceros son caldo de cultivo para apps modificadas.
- Revisar permisos con regularidad: una linterna no necesita su micrófono.
- No abrir enlaces ni adjuntos no solicitados, aunque parezcan venir de un contacto.
- Bloqueo del dispositivo con PIN de 6 dígitos (o más), huella o rostro.
- Compartir con moderación en redes y apps: menos datos públicos, menos superficie de ataque.
- Copias de seguridad periódicas en nube cifrada o discos externos.
- Antivirus/antimalware móvil de reputación contrastada, con definiciones actualizadas.
Cómo distinguir un falso positivo de un problema real
La experiencia indica que muchos sustos se deben a causas legítimas:
- Batería: el envejecimiento natural (ciclos de carga) y apps exigentes (cámara, mapas, juegos) explican descensos rápidos. Revise el estado de la batería y el gráfico de consumo por app.
- Datos móviles: actualizaciones, copias de fotos/vídeos en la nube y streaming en alta calidad disparan el consumo. Configure subidas solo por Wi-Fi.
- Ruidos en llamadas: las redes móviles y VoIP no son perfectas; ecos y chasquidos esporádicos no implican “pinchazo”.
- Rendimiento: con poca memoria libre, cualquier teléfono se resentirá. Limpie cachés y desinstale lo que no use.
Cuando, pese a estas explicaciones, se repiten varios síntomas y aparecen configuraciones que usted no activó (perfiles, desvíos, permisos), entonces sí: toca seguir el protocolo de comprobación y limpieza.
Un marco mental para no entrar en pánico
- Observar. Anote cuándo ocurren los síntomas, con qué apps y en qué lugares.
- Comprobar. Siga la lista de iPhone/Android: perfiles, permisos, desvíos, consumo, modo seguro.
- Aislar. Modo avión y eliminación de apps sospechosas.
- Remediar. Restablecimiento (si procede), cambio de contraseñas y 2FA.
- Fortalecer. Hábitos de seguridad y copias de seguridad.
- Escalar. Si persiste, análisis profesional.
La seguridad perfecta no existe, pero la seguridad suficiente sí. Y empieza por no normalizar señales que se repiten. Mantener el teléfono al día, entender sus permisos y cuidar hábitos digitales es —todavía— la vacuna más efectiva.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Marcar *#21# confirma definitivamente que mi teléfono está pinchado?
No. Ese código muestra el estado de servicios como desvíos, pero no detecta “espías”. Si ve desvíos activos que no configuró, contacte con su operador y revise el dispositivo como se indica en esta guía.
¿El modo avión basta para cortar un ataque de software espía?
Ayuda a interrumpir la transmisión de datos mientras investiga, pero no elimina el software. Úselo como medida temporal, revise permisos y considere el restablecimiento si la sospecha persiste.
¿Un antivirus móvil detecta cualquier spyware?
Ninguna solución cubre el 100 % de los casos. Un buen antivirus reduce el riesgo y detecta amenazas conocidas, pero la base de la defensa siguen siendo los hábitos: actualizar, limitar permisos y evitar enlaces/descargas dudosos.
¿Por qué mi buzón de voz cambia sin que yo haga nada?
Puede haber desvíos o ajustes de red que lo afecten. Verifique estados con su operador y, si ve otros indicios (picos de datos, permisos extraños), siga los pasos de comprobación y limpieza.

