Con más de 23 millones de descargas, Internet Explorer 9 Beta es el navegador que más rápidamente ha sido adoptado por el mercado y, gracias a los comentarios de los early adopters, han hecho que el producto se adecúe más a las necesidades de los usuarios en la versión RC.
Si tomamos algo de distancia y observamos todas las tecnologías bajo el paraguas de HTML5 y la tendencia que marcan los desarrollos de aplicaciones Web, nos dirigimos (si no estamos ya) hacia una web más enriquecida, que busca una experiencia de navegación más inmersiva. Como resultado, en esta nueva web hay un nuevo cambio en los contenidos y en las exigencias a un navegador: video, audio, animaciones y efectos… todos ellos elementos de la nueva web que no deberían necesitar de un plugin para poder disfrutar de todo ello.
Por ello, la figura del navegador ha evolucionado fundamentalmente en 4 aspectos:
- confianza: el navegador ha de permitir que los usuarios naveguen seguros y darles la posibilidad de decidir si quieren que su huella se propague por internet o no;
- limpieza: el navegador se ha de convertir en una cómoda silla en primera fila para disfrutar de los sitios web, ampliando el espacio para los sitios y facilitando el acceso a ellos;
- interoperabilidad: compromiso con los estándares y con asegurar que todos avanzamos en la misma dirección:
- rendimiento: velocidad, elemento fundamental para poder disfrutar de interoperabilidad, experiencias enriquecidas, video, imágenes en alta definición…
La velocidad era algo fundamental y lo que hicieron en primer lugar fue entender las necesidades y las inversiones actuales de tiempo durante la navegación e identificar cuáles de esos consumos podrían convertirse en cuellos de botella en la nueva web. Para ello, se monitorizó el consumo de tiempo mientras se navegaba por los sitios más populares entre los internautas: noticias, redes sociales, correo electrónico…
Posteriormente, a través del estudio de Windows Experience Index, el equipo pudo saber la media de las características de los PCs de los usuarios de Windows Vista y Windows 7 y así se comenzó a trabajar en un navegador que sacase partido de los recursos de la máquina y de la aceleración por hardware. Delegar a la GPU determinadas tareas hace que la navegación sea mucho más fluida y que la experiencia web completa se acelere, que las imágenes puedan presentarse con mayor calidad, que la reproducción de video sea más suave, etc.
En el subsistema de Javascript ha habido un cambio radical resultado de la introducción de un nuevo motor, llamado Chakra. A diferencia de los motores tradicionales, aprovecha para compilar a código máquina el código Javascript para optimizar la ejecución del mismo. De esta manera, IE9 RC aparece como el navegador con el motor Javascript más rápido en el test de SunSpider desarrollado por Apple.
Por último, la parte de networking ha hecho que se amplíe, en cuanto al tamaño de la caché de red (de 50 a 250 Mb), y se han mejorado las heurísticas. Así, durante la navegación, el navegador podrá alojar más contenidos localmente para no tener que bajarlos en diferentes peticiones, además de que así el algoritmo conserve o borre los elementos descargados localmente de forma más eficiente.
