No solo en América Latina, sino en todo el mundo, Argentina es el país con más horas promedio. Es un dato que llama la atención sobre los nuevos problemas de la sociedad informática. En 2012, Australia fue el primer país en agregar la “Adicción a Internet” en su manual de psiquiatría. En Argentina las consultas acerca de las costumbres de grandes y chicos frente a la PC se han acrecentado con el paso de los años, y es una costumbre que no parece estar cerca de terminar.
Al igual que otras adicciones, Internet puede ser la puerta de entrada a diferentes estados de depresión, ansiedad y ludopatía. Y si en un principio había consultas por la gran cantidad de horas que los chicos pasaban frente al Counter Strike, ahora las redes sociales son el nuevo fenómeno.
Los chicos están expuestos al cyberbullying y al exceso de videojuegos en línea, los adolescentes en cambio demuestran una gran dependencia hacia las rede sociales, y en el caso de los adultos sumamos la pornografía y los casinos virtuales, dos formas de adicción que parecen estar golpeando fuerte en todo el mundo.
La llegada de los smartphones no ha mejorado el panorama, sino al contrario. La posibilidad de estar siempre conectados ha llevado a las personas a generar una dependencia de Twitter y Facebook, el miedo a perderse de algo (FOMO por su acrónimo en inglés). No es extraño ver a los jóvenes chequeando una y otra vez su estado en WhatsApp para ver si alguien les escribió, o si vieron sus mensajes pero no los contestaron.
Las nuevas tecnologías traen nuevos problemas en materia de relaciones sociales, y por lo visto estamos lejos de solucionarlos. Si conoces a alguien que esté pasando un mal momento con las redes sociales, presta tu oído, a veces solo se necesita alguien con quién hablar.
