Jóvenes y adultos utilizan las redes sociales y los salones de chat para conocer gente nueva, muchos de estos encuentros terminan en el denominado “cibersexo”, donde uno o ambos participantes se quitan la ropa frente a la cámara web. Pero lo que no pasaría de ser un acto de la esfera privada, pronto se convierte en un crimen: uno de los participantes utiliza la grabación para chantajear al otro.
El dinero se solicita para evitar que el video salga a la luz, o sea compartido con amigos o familiares directos de la víctima. ¿Cómo se combate la sextorsión? En los últimos años se ha incrementado de forma exponencial el número de denuncias sobre extorsión con materiales sexuales extraídos de la web. Las salas de chat son uno de los principales sitios desde donde se producen este tipo de estafas, allí se facilita el punto de contacto entre los usuarios, y a partir de allí surgen las conversaciones que más tarde pueden terminar en sextorsión.
Los criminales que llevan adelante la sextorsión suelen hacer trabajos de investigación sobre sus víctimas, pidiendo cantidades de dinero que se ajustan al perfil económico de cada uno. De esta forma se aseguran una respuesta positiva para sus demandas.
La sextorsión no es única de un solo país, se han recibido denuncias de todas partes del mundo, de Rusia a España, hasta Argentina, Brasil o Singapur. Uno de los rasgos más importantes, es que muchos de los casos de sextorsión terminan de forma trágica. Los implicados pagan hasta que ya no pueden hacerlo más y terminan quitándose la vida, o aún habiendo pagado los videos son exhibidos y su vida social queda devastada.
La seguridad a la hora de chatear y compartir tu información con otros usuarios es la clave para evitar este tipo de situaciones. El cibersexo no es un delito, pero debes realizarlo solamente con aquellas personas que conoces y sabes que no utilizarán los videos en tu contra.