Los ciberdelitos relacionados con blanqueo y robo de capitales cada día son más habituales, y gracias a las amplias posibilidades del mundo electrónico, todo parece apuntar a una ausencia de límites establecidos. Las nuevas divisas virtuales, como los Bitcoins, marcan el nacimiento de nuevos conflictos para las fuerzas de seguridad. ¿Cómo se interviene una cuenta virtual? ¿Qué se hace con ese dinero? ¿Qué pasa si el acusado es absuelto?
El caso de los Bitcoins es uno de los más emblemáticos. Se trata de una moneda electrónica para pagos anónimos, no es de curso legal ya que no hay ninguna autoridad que tome decisiones acerca de su emisión o control.
Recientemente, el FBI llevo a cabo una investigación que culminó con la incautación de 26.000 Bitcoins por el valor de 3,6 millones de dólares. También en España, en el mercado de una operación conocida como Ramson, se incautaron Bitcoins, se trata de las primeras operaciones policiales involucradas con este tipo de moneda virtual.
Para poder actuar sobre las monedas virtuales, lo más importante es actuar con rapidez según confirman las brigadas especializadas en estas maniobras. Cuando el dinero se captura, se realizan los pasos pertinentes para convertir la moneda virtual en moneda de curso legal, y recién ahí se deposita en una cuenta asignada del Ministerio de Justicia para que los jueces dispongan de esos fondos como prueba de los delitos que se atribuyen a cada acusado.
Al momento, las incautaciones de moneda virtual han sido muy pocas. Se trata de un proceso relativamente nuevo, y complejo, pero marca el camino que están siguiendo las fuerzas de seguridad para intentar contrarrestrar las actividades ilegales que proliferan en la red.
Hay que tener cuidado con los tipos de acciones que llevamos a cabo con las monedas virtuales, pero todo apunta a un desarrollo singular que está encontrando ciertos obstáculos en la actualidad.