Si bien no llegó a ser sentenciado a cadena perpetua, el gobierno norteamericano decidió condenar a 25 años de prisión al soldado que hizo pública la información secreta del gobierno a través del sitio web WikiLeaks.
A 3 años de la mayor filtración de información secreta estadounidense de la que se tiene memoria, el soldado Bradley Manning fue declarado culpable de 19 de los 21 delitos que se presentaron en su contra. Se salvo de la cadena perpetua porque el delito mayor por el que lo acusaba el gobierno de Barack Obama, ayudar al enemigo, fue desestimado.
Entre los cargos por los que fue encontrado culpable se encuentran espionaje, fraude y robo, y si bien no recibió el rótulo de cadena perpetua, es muy probable que pase el resto de su vida en la cárcel porque la pena máxima para los 19 cargos podría acercarse a los 136 años.
En el mundo del espionaje y la seguridad informática este juicio sienta un precedente de lo que podría suceder con Julian Assange, el fundador de WikiLeaks que se encuentra refugiado en la embajada de Ecuador en la ciudad de Londres, o el ex analista de la CIA, Edward Snowden, que está en un aeropuerto de Moscú mientras espera que se decida la jurisdicción que se encargár ade juzgarlo en caso de que logren atraparlo.
¿El mundo del espionaje en la época de las tecnologías más avanzadas está al descubierto? Lo que más asusta actualmente es que la libertad de información está en juego, y por un lado estas personas que cometieron crímenes contra un estado nacional, a su vez dieron datos que dan cuenta de importantes hechos políticos, económicos y sociales. ¿Cómo se puede vivir en un mundo en libertad si no conocemos los verdaderos intereses de quienes nos gobiernan?